EE.UU. vs China: Cómo la Guerra Comercial afecta al Comercio Global y a la Economía Argentina

La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha vuelto a encenderse con fuerza en 2025. Las recientes decisiones arancelarias de ambas potencias han reconfigurado el mapa del comercio internacional y generado un efecto dominó que ya se siente en economías emergentes, como la de Argentina.

Aranceles Clave

A continuación, un resumen de las principales medidas comerciales que están generando tensiones entre las dos mayores economías del mundo:

País	Medidas Impuestas	Fecha de Implementación
Estados Unidos	- Arancel general del 10% a todas las importaciones (excepto Canadá y México).	5 de abril de 2025
	- Aranceles específicos de hasta 145% a productos provenientes de China.	9 de abril de 2025
	- Arancel del 25% sobre acero, aluminio, latas y cerveza enlatada.	12 de marzo de 2025
	- Eliminación del umbral libre de impuestos para importaciones menores a $800 (afectando a Shein y Temu).	Abril de 2025
China	- Aranceles del 15% al carbón y gas natural licuado (GNL) de origen estadounidense.	4 de febrero de 2025
	- Impuestos del 10% al petróleo crudo, maquinaria agrícola y vehículos grandes fabricados en EE.UU.	4 de febrero de 2025
	- Controles de exportación sobre minerales estratégicos como tungsteno e indio.	4 de febrero de 2025

Consecuencias para el Comercio Internacional

La tensión entre Washington y Pekín no se limita a una disputa bilateral: su impacto ya está siendo observado a nivel global. De acuerdo con el FMI, estas medidas podrían:

• Desacelerar el crecimiento económico global.

• Aumentar la inflación a través de mayores costos de importación.

• Interrumpir cadenas de suministro estratégicas, especialmente en tecnología, energía y alimentos.

• Dificultar la planificación para empresas multinacionales y PYMEs dependientes de materias primas importadas.

Aunque por ahora no se anticipa una recesión global, la incertidumbre es un factor que preocupa tanto a inversores como a gobiernos.

¿Y qué pasa con Argentina?

Para Argentina, esta escalada comercial representa una combinación de amenazas y oportunidades:

Sector Agrícola

• Soja: La reducción de las exportaciones estadounidenses a China abre espacio para proveedores alternativos. Argentina podría beneficiarse, aunque debe competir con Brasil, que proyecta exportaciones récord.

• Precios: El incremento de la oferta en América del Sur podría presionar los precios internacionales a la baja.

Comercio Bilateral y Yuanes

• En una maniobra estratégica, Argentina ha intensificado el comercio con China usando yuanes en lugar de dólares, una tendencia en línea con los esfuerzos de "desdolarización". Esto le permite cuidar sus reservas en divisas, pero también la vuelve más dependiente del gigante asiático.

Inflación e Importaciones

• Las restricciones y aumentos arancelarios globales podrían traducirse en mayores costos para importaciones industriales y de consumo en Argentina, agravando las presiones inflacionarias internas.

¿Qué se espera a futuro?

La administración de Donald Trump ha insinuado la posibilidad de moderar algunos aranceles si los efectos sobre los consumidores estadounidenses se tornan políticamente problemáticos. Sin embargo, hasta el momento no hay avances concretos hacia una negociación integral con China.

En este escenario, se espera que:

• Las tensiones persistan al menos hasta el cierre del primer semestre de 2025.

• Los países del "sur global", como Argentina, busquen capitalizar el reordenamiento de las rutas comerciales.

• Se profundicen alianzas alternativas y mecanismos de intercambio fuera del sistema tradicional centrado en el dólar.

La guerra comercial entre EE.UU. y China vuelve a posicionarse como un factor clave de inestabilidad e incertidumbre en la economía global. Para Argentina, es una oportunidad para expandir su rol exportador, pero también un desafío macroeconómico ante posibles efectos inflacionarios y geopolíticos. La clave estará en la capacidad del país para adaptarse rápidamente a este nuevo tablero comercial global y aprovechar los espacios que las grandes potencias, en su confrontación, van dejando vacíos.